Tristeza amarga que se acumula en mi, que vive en mi, apoderándose por cada hora, por cada día que pasa sin saber nada de ti. Lagrimas se derraman buscando a esa persona que un día me dio un motivo por el que sonreír, algo por lo que luchar en esta vida, algo por lo que ser guerrero. Hoy mis letras se borran de esta cabeza, todo porque estos párrafos que hoy llenan libros no salieron de mi boca, formaron esos incómodos silencios por los que hoy ahogo esta soledad entre suspiros y llantos. Mares de recuerdos y sueños incumplidos, mares de lagrimas que recorren estas mejillas y todo por ese pensamiento que hay en mi mente.
Nada cambiara, yo sigo clavado en aquella primera hoja de aquel otoño, aquella que marco el día en que tus ojos fueron mis estrellas, en la que tus palabras fueron mis libros y en la que tu sonrisa es el menguar de mis lunas. Sueños que cada noche se apoderan de mi, me envuelven en esa magia que solo alguien como tu puede hacerlo, enloquece la poca cordura que que hay en mi, atormentando mi paz y mi consuelo.
Termino mis días suspirando por aquella mujer que vuelve loco mi caminar, que cambia mi vida, mi ser y todo lo que me rodea. Aquella que con palabras de amor guía poco a poco mi locura, que me hace vivir en un mundo mágico, y así poder soñar despierto. Pero mientras dia a dia sumo en este calendario tachones en esta eterna soledad.
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