Para dedicar a una mujer especial

Con unos ojos castaños, una sonrisa en la que mengua la luna, una pequeña nariz en el centro de una cara redonda todo envuelto por el negro mas azabache nace la ilusion, nace la locura de este hombre que repite en cada verso el nombre de su princesa. Quizas no encontremos un castillo, quizás no encontremos mas que palabras sin rima, quizás nada mas que encontremos a un loco escribiendo una prosa porque esta demasiado loco. No lo se, porque en esta vida me doy cuenta de que amarte es un sueño, de que amarte es una locura de la que prende la llama de quien mas te ama, de quien mas te adora, de quien mas necesita que deje de ser un sueño para parecer toda una vida. Te he amado desde que te conozco, incluso creo que lo hice antes, porque te apareces en mis sueño y mi vida invades. Quizas no recuerdes ni mi nombre, quizás a mi nombre no pongas cara, pero soy ese que entre las rosas se esconde cuando cae el alba para que en este mañana que ahora aparece deje de ser un sueño y...

He caminado por la senda de la soledad mucho tiempo siguiendo la única estrella que traía mi esperanza, he cerrado los ojos mirando a un firmamento que se abría ante mi y del que lo único que entendía era que al cerrar mis ojos una bella sonrisa se iluminaba en mis sueños. Durante mucho tiempo eso es lo único que he conocido, un sueño, una sonrisa, un sentimiento, una locura, hasta hoy que te vi llegar. Apenas un segundo me ha bastado para saber que siempre te he esperado, que siempre te he deseado, que siempre te he soñado. Naciste en mi imaginación, te criaste en mi corazón y de lo único que estoy seguro es de que tu ausencia me lleve a la locura. Tus ojos han embrujado lo único cuerdo que quedaba en mi, tu alma ha prendido la llama de lo que antes solía llamar corazón, tu aroma ha parado a todos mis sentidos y ha hecho que caiga por el barranco de lo que unos llaman amor y yo diría presente.

Quizas el silencio sea mas certero que todas estas palabras con las que intento agasajarte, quizas no sea ni el mejor de los poetas, ni un valiente caballero, tan solo soy un tarado que sentado en esta mesa dicta las palabras mas bastas a un papel que recoge los piropos para una dama. Nunca las estrellas me habian mostrado un universo tan bello, nunca una rosa haba callado tantas palabras como lo hace tu mirada, nunca habia latido este maldito corazon como lo hace ahora que sabe que existes. Eres ese rayo de luz que nace en el alba, esa esperanza que jamas se pierde, ese soplo de aire que llena la vida cuando con la presencia de este la hace posible. Las palabras se hacen el eco del viento, los te quiero se clavan en donde antes habia una esperanza y ahora es un sueño del que no merece la pena despertar.