Para dedicar a una mujer especial

Mis letras son hoy el castigo de aquellos recuerdos que no fui culpable, porque en mi alma sigue habiendo unas cenizas de un fuego que jamás encendí. Puede que siguiera los pasos en este difícil camino, que cayera cuando necesite mirar atrás, pero ahora me pregunto que he de hacer por esta vida que me lleva a ningún lugar. Por mas que cierro los ojos puedo tener una mirada perdida, por mas que miro a la luna he de esconderme en la noche mas oscura, ahora quiero ser fuego para que en esta vida no hay ninguna. Si quiero decirte que ya no tengo miedo aquello que me lleva esta vida, pues en ella siempre he vivido guiado por dos luceros que ahora me han abandonado. No guardo mas silencio, pues mis palabras son las que me llevan a la tumba por no decir un simple te quiero ahora mi soledad siempre me acompaña.

El tiempo ha sido quien me ha golpeado mas duramente, me quede sentado en aquel triste banco mientras el seguía adelante porque yo no podía moverme de aquel único lugar en el que mereció la pena el instante. Me quede ciego perdiendo en cada uno de mis recuerdos, dándome cuenta sin saber que la vida no es mas que hermosas preguntas que no tienen respuestas. Ahora solo entiendo que un suspiro no quiere decir nada o lo dice todo, que una mirada esconde mas que un silencio que lo bello no se escucha, se vive. Pero nada me ha quedado de aquellos momentos, solo vanos recuerdos de tiempos mejores, tiempos pasados que no llegan al presente y que se olvidaran en un futuro. Seguiré mirando los días pasar, sentado en el pasado, intentando que aquello que fue bueno quizás vuelva.