Para dedicar a una mujer especial

Por la locura de una tarde encontré esta condena, que al mirar a todas martes no encuentro a esa morena. Mi vida es un suspiro, por el que nazco y vivo llamando a ese amor prohibido  por el que me siento cautivo. Mis versos se pierden en mis sueños, mi vida entre ríos de tinta que escriben mil veces al día, los te quiero que nunca te he dicho. Llámame cobarde si gustas, pero nunca mires a mis ojos los que por ti prende la llama de este amor que es un antojo. Mil son los amaneceres en los que te he echado de menos porque hace tiempo que no te miro, porque hace tiempo que te añoro. La culpa la tiene una mirada, por la que ahora te sigo, cavando mi propia tumba mientras te amo y no te olvido. 

Te he escrito tantas palabras que ya no se cuales he de decir, te he nombrado tantas veces que tu nombre suena en el eco de mi alma, te he amado durante tantos días que ya no hay recuerdos en los que no te encuentre. Mi vida sin to no tiene sentido, mi alma cae por ese barranco por el que se desprenden cada palabra de mis versos. El aire que llena mis pulmones ya no trae ese aroma que tanto me recuerda a ti. Las noches son demasiada largas cuando en mis sueños solo puedo tenerte. Cada segundo que marca este reloj es un segundo que se pierde en el camino en el que no te encuentro, te busco, te llamo, pero tan solo tengo una única respuesta que ya no me convence. Los te quiero se acumulan en las cartas que nunca has leído, los besos en los labios que tantas veces te han nombrado,los suspiros se convirtieron en los charcos de tintas que hoy escriben los poemas sobre esa mujer que enveneno mi alma.