Para dedicar a una mujer especial

En todo este tiempo me he dado cuenta de que no he sabido amarte, de que cada suspiro que ha habido dentro de mi es una cuenta perdida, un te quiero que se queda en lo mas hondo de lo guardado. En todo este tiempo me doy cuenta de que solo en mi alma hay un suspiro al cual puedo sucumbir y es escuchar de tus labios mi nombre. En todo este tiempo se ha repetido el mismo sueño, la misma locura, pero en ninguno de mis dias ha habido mas que una realidad en mi cabeza que no lo hace real. En todo este tiempo me ha servido para saber que algunas veces se pierde, otras se gana y en esta ocasion ni he ganado ni perdido, porque he aprendido que he amado alguna vez en esta vida y que ese amor se ha marchado como lo hacen las letras en este folio mientras lo mojan las lagrimas que se acuerdan de ti.

  Es mas esclavo el silencio que los gritos de un alma atormentada, el alma que se calla en la eternidad de la noche, el pensamiento que se hace eco en una mirada dormida. Se que hay veces que mi dialogo calla a mis palabras, que en mi vida hay un silencio que se rompe como lo hace mil veces los silencios que hablan de un amor eterno. Se que te quiero, porque amarte es lo que me ha dado fuerzas para despertar cada instante, se que te amo, pues sin ti no hay sentido que haya en mi alma y se canse de decir lo que de verdad siento. Se que ahora son solo palabras, pensamientos locos de un amor, miradas que se pierden en el eco de una tarde, pero no se apaga el sentimiento del que nacieron, no el deseo de mirar a traves de los  ojos que me hacen darme cuenta de lo que eres en mi vida. 

Cuando en mis pensamientos se queman los sueños de mi vida es cuando me doy cuenta de que en mi vida lo único que hay que sentir es cada pensamiento. Miro al espejo y me doy cuenta de que en mi vida solo hay una locura que me hace sonreír. Pienso en cada mirada al pasado para darme cuenta de que te quiero, de que en mi vida solo puedo encontrar un te quiero que me hace sentir especial, un final que no esta escrito, un te quiero que se hace en mi vida.   

  Es mi alma la que me castiga con la desobediencia de seguir tus pasos, son mis sueños los que me desvelan en la madrugada llevándome al rincón de aquellos recuerdos que jamás he conseguido olvidar. Ahora me alimento de aquellos tristes minutos de gloria de esos pensamientos que se quedan clavados en mis ojos y de esa eternidad que mira en mi interior. Mis castigo siempre fue el no conseguir que te dieras cuenta de lo que sentía y ahora mis cadenas me atan a recuerdos imborrables que siguen en mi mente mientras me doy cuenta de que nada es para siempre. 

  Se almacenan los recuerdos como castigo por un amor que nunca fue aprobado, me enamore de un ángel caído del cielo y eso no hay dios que me lo perdone. Me he mirado en los ojos de quien escucha estas palabras de amor, he trenzado ese cabello azabache que parece la sombra de una noche, he acariciado la piel mientras la mía se erizaba y ahora todos esos pecados los pago con intentar olvidarlo. Nuestros pasos se alejan como lo hacen la sombra de nuestros amores, mi vida deja de tener sentido mientras me doy cuenta de que te quiero, ahora solo me queda la esperanza de mirarme en tus ojos una ultima vez, de trenzas ese pelo y de acariciar cada rincon de tu cuerpo.