Para dedicar a una mujer especial

Déjame que mis palabras te digan lo cobarde que he sido, por miedo a perderte no he tenido el valor de mirar a los ojos que castigan a mi alma para ahora meterse en mis sueños y hacer que viva en mi locura. Quiero que sepas que mis palabras digan lo que mi corazón sienta, cierra los ojos y deja que mi vida te muestre lo que siento, dejas que mis lagrimas escriban el futuro de esta locura que unos llaman amor y otros la vida en si. Déjame que te abrace que sientas mi corazón latir como yo lo siento cuando te acercas y el miedo agarrota mis palabras, mis piernas tiemblan y mis ojos no parpadean por miedo a verte desaparecer. Te amado en el silencio de mi soledad, en la locura de un sueño que no se hacia realidad, en cada suspiro que hay en mi vida y que dice ese nombre que mis labios se prohíben mencionar. 

El silencio de mis lagrimas son las que despiertan el ultimo suspiro que queda en mis pulmones, por un te quiero que entrecortado sale de mis labios mirando a las estrellas que me recordaron a tus ojos. Dios mio, cual grande es este castigo a un siervo que ama a una estrella por mirar al cielo una tarde me enamore y en la noche su sueño atormenta a mi alma. Dios mio, porque esta condena de mostrarme el cielo para dejar desamparado a quien con palabras no supo decir lo que sus ojos, labios y lagrimas gritaban desde la lejanía. Porque Dios mio me enseñaste lo que es amar a una mujer y ahora la apartas de mi camino y no de mi mente. Me enseñaste lo que es la vida, lo que es sonreír sin motivos, lo que es luchar por un sueño y ahora me dejas caer en este abismo. Déjame en el limbo del olvido, haz que pierda mi nombre,que vague por estos mundos ciego, sordo y mudo, para que nada me haga recordar que una tarde de otoño conocí lo mas hermoso de esta vida, la rosa que me hizo amar a la prima