El silencio de mis lagrimas son las que despiertan el ultimo suspiro que queda en mis pulmones, por un te quiero que entrecortado sale de mis labios mirando a las estrellas que me recordaron a tus ojos. Dios mio, cual grande es este castigo a un siervo que ama a una estrella por mirar al cielo una tarde me enamore y en la noche su sueño atormenta a mi alma. Dios mio, porque esta condena de mostrarme el cielo para dejar desamparado a quien con palabras no supo decir lo que sus ojos, labios y lagrimas gritaban desde la lejanía. Porque Dios mio me enseñaste lo que es amar a una mujer y ahora la apartas de mi camino y no de mi mente. Me enseñaste lo que es la vida, lo que es sonreír sin motivos, lo que es luchar por un sueño y ahora me dejas caer en este abismo. Déjame en el limbo del olvido, haz que pierda mi nombre,que vague por estos mundos ciego, sordo y mudo, para que nada me haga recordar que una tarde de otoño conocí lo mas hermoso de esta vida, la rosa que me hizo amar a la primavera cuando mas frio hacia.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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