Para dedicar a una mujer especial

En mi alma me he dado cuenta de que el tiempo no se ha detenido, de que en tus labios sigue habiendo una sonrisa mientras en mis míos se mojas de las lagrimas que me hacen regresar a un pasado. Quiero que la vida me sonría, pienso en que cada uno de los momentos que he tenido en el pasado pero que me hicieron ser feliz. Quizás haya cometido cientos de errores, que mis palabras son solo eso, palabras que decir, se que el tiempo no se ha detenido pero que en cada uno de mis sueños sigues estando tu. Lo siento si te he ofendido, lo siento si he dejado que mi alma se pierda en cada una de mis locuras, pero acabo de mirar a un lado y a otro y sigo pensando en que la vida ha cobrado sentido. Te amo son las dos palabras mas recurrentes, si he dejado que en cada una de mis locuras siga estando cuerdo. 

Las palabras nunca fueron mi fuerte, quizas soy demasiado timido cuando al mirar a tus ojos puedo ver el amanecer que nunca ha aparecido en estos años que he vivido, quizas nunca se inventaron las palabras para quien es tan bella. Acercarse a esa rosa, a esa que se mira pero no se toca, esas estrellas que brillan en un firmamento que nunca habia visto, a esa que solo aparece en los sueños de un loco. Intente romper el silencio, intente decir lo bella que eres, la locura que enciendes en mis sentidos, sin embargo no he podido,porque he callado tanto que no em atrevo ni a escribir tu nombre mas que en mis sueños, mas que en la locura de un amor eterno. Eres ese verso que no aparece mas que en mi locura, ese rayo de sol que solo aparece en la primavera, ese sueño del que no puedes borrar, a esa locura de la que quieres escapar pero es mas fuerte que nunca.  

Atardece en este valle, en este pozo de recuerdos de un amor eterno, en este baúl en el que se escribe con mil palabras el nombre de ese amor al que siempre he callado. Cientos de recuerdos, una sola mujer que me dice susurrando al oído, te quiero mas que ayer, te quiero desde esta mañana que amanecí con tus ojos hasta que vuelva a cerrarlos y sueñe contigo. Princesa, aquí no hay un príncipe, ni tampoco un poeta, solo un loco que no supo decir te quiero en tiempo correcto, que no supo decir las palabras me gustas a su dulce doncella y ahora vaga por estos mundos pensando en ella.