Por la locura de una tarde encontré esta condena, que al mirar a todas martes no encuentro a esa morena. Mi vida es un suspiro, por el que nazco y vivo llamando a ese amor prohibido por el que me siento cautivo. Mis versos se pierden en mis sueños, mi vida entre ríos de tinta que escriben mil veces al día, los te quiero que nunca te he dicho. Llámame cobarde si gustas, pero nunca mires a mis ojos los que por ti prende la llama de este amor que es un antojo. Mil son los amaneceres en los que te he echado de menos porque hace tiempo que no te miro, porque hace tiempo que te añoro. La culpa la tiene una mirada, por la que ahora te sigo, cavando mi propia tumba mientras te amo y no te olvido.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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