Cuando leas esta carta quizás ya no te acuerdes de mi, quizás ya no pongas cara a este nombre,ni tengas recuerdo alguno. Cuando recibas esta carta ya estaré lejos, el miedo o la desilusión pudieron en esta lucha que no he comenzado. Pero aun así no puedo irme sin dejarte algunas de las palabras que siempre han estado presente, pero que nunca me atreví a decirte. Nunca había sentido por nadie lo que me haces sentir tu, apenas es mirar tus ojos y me esboza una sonrisa en mi alma, soñarte se ha convertido en una dulzura y mi peor pesadilla. He querido olvidarte, dios sabe que lo he intentado, pero no puedo olvidar la única razón de este mundo que me hace levantarme por las mañana. Intente sin existo decirte lo que siento, hice tantas veces el payaso que ya perdí la cuenta, por eso me marcho, porque ni puedo estar cerca de ti, ni puedo tenerte. Me llevo muchos recuerdos, pocos momentos, pero todos buenos. Me despido de lo único valioso que ha habido en esta vida, pero no sin antes desearte lo mejor. Adiós, espero que en un futuro nos volvamos a encontrar y aun recuerdes a ese cobarde hombre que hoy se despide con una carta.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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