Aunque mi mente la nuble aquel desamor que hay en este triste corazón puedo decirte palabra a palabra lo que significo aquella tarde en la que te vi por primera vez. Cada lagrima que ha recorrido por esta mejillas, que una tarde tuvieron una sonrisa, conocen los secretos de este corazón que tanto a callado y por ello ahora grita. Se que hoy no son mas que palabras y lagrimas que no dicen nada, pero escucha solo una vez mas aquello que tanto significa para mi.
Todo comenzó una tarde, sobre las cuatro de la tarde, minutos arriba o abajo en una planta desde la cual se sentía como el viento movía esas hojas que el otoño había dejado caer. Allí donde el cielo y el infierno se unen, donde mi pasado se quedo, mi presente se estanco y mi futuro comenzó, allí en aquel banco viejo donde un ángel del cielo brillaba mas que los rayos del sol. Tímida como las nubes de este mes de octubre eran tus palabras, con ese nombre de cielo que hoy graba a fuego mi corazón. Buenas son las tardes que rompen mi silencio, palabras que rompen este hielo que hoy es fuego. Mirada a esos ojos marrones como el color de esas hojas que el viento mueve, enloquecen por primera vez a estos sentidos, nublando mi razón, mi ser y a este corazón que hoy late.
Largos han sido los días, igual que los minutos que tu silencio no era roto por tus palabras, míos oídos aplauidian de emoción cada una de esos sonidos que de tu boca salían, grabando en mi cabeza cada una de ellas. Negro van estos días igual que el cabello azabache que cubre esa carita redonda donde esos ojos dslumbrarian al mismisimo dios, porque no hay estrella mas brillante en este cielo que esos dos luceros que tienes como ojos.
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