Ay señor pusiste a esa princesa en el camino de este hombre, de este loco soñador que muere en cada versos de esta oda para ese alma bella. Noches de poemas y palabras que adulen tu belleza, que ayuden a este alma solitaria a recordar cada momento, cada palabra que salio de esos labios. Deseos inmundos de besarte, de abrazarte, de sentirte cerca, de volver a temblar mis piernas con cada letra que sale de tu boca. Ahí donde los recuerdos comienzan, donde los sueños se hacen realidad y mi mente juega con esas palabras que salen de tu boca. Ahí a tu lado, buscando ser el motivo de muchas de tus sonrisas, de muchas de tus palabras, de tus pensamientos y sueños.
Recordando cada segundo que tu presencia seco mis lagrimas convirtiéndolos en sonrisas, como callabas cada una de mis palabras cada unos de mis pensamientos. Como la ilusión y la fe se apoderaban de mi, con palabras que grababas en mi alma, con cada sueño que irrumpía en cada noche en cada sentido de esta locura.
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