Hoy no tengo fuerzas, ni siquiera lagrimas en mis ojos, se ha escondido ese pequeño rayo de esperanza que aun quedaba en mi mirada. Hoy mi sangre baña mi cuerpo, y mi corazón sigue latiendo, sigue pensando en ti, tu nombre sigue en su interior, simplemente ha entendido que un desgraciado como yo no se merece una princesa como tú. Yo solo fui hecho para tratar con bestias, para contar los días que tu sonríes, no merezco ni siquiera tu compañía, porque el hombre no se hizo para tener el sol, el firmamento y las estrellas. Quizás ni siquiera merezca contemplarte, porque una mirada a tus ojos puede hacerme mas feliz que una vida entera, porque se que una palabra tuya es mi única ley. Ni siquiera tengo palabras que pueda dedicarte, alguien como tu necesita piropos de algodón y yo soy tan desgraciado que ni siquiera pueda darte una sonrisa.
Perdí lo único que me importaba, lo único que daba algo de sentido a esta vida. Perdí la oportunidad de saber lo que es amar, saber lo que es felicidad, eso que llaman sonreír sin tener un motivo, levantarte por las mañanas con alguna expectativa mas que volver a dormir. Poder decir un te quiero y que te respondan yo también...
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