Ahogando las penas en el sudor y lagrimas de este corazón herido, de este alma que posee un sentimiento mas fuerte que el acero, mas puro que las aguas cristalinas de un manantial y mas eterno que el universo. Atado como la maroma de este barco que se hunde, que naufraga en un mar de lagrimas y llantos, movidos por cada suspiro incansable de este corazón maldito. Silencios que recorren este cuerpo, me estremecen, parten mis palabras, todas aquellas que nunca salen de mi mente y que siempre están en mi sueño, aquellas que arden como como el fuego en este pecho incansable, aquellas que este corazón ha latido tantas veces pero que mis labios nunca dijeron. Un martilleo en mis sueños, un olvido que jamas llegara, una vida perfecta que tendría en tus labios y tus brazos.
Despertar con el sonido de tu voz, esperar que este sueño que un día fue eso un sueño se hiciera realidad y mientras tanto la espera me mata. Tiempo, solo eso tiempo que marca el reloj, tiempo que pasa entre la noche y el día, entre los sueños y la esperanza de hacerlos realidad y mientras tanto el frió se apodera de este cuerpo que muere por estar junto a ti.
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