Hoy escribo con lagrimas en mis ojos, intento ser fuerte y no dejar que mis lagrimas empañen los restos de lo que en su día fue una sonrisa y hoy es solo un recuerdo. Intento ser fuerte, no vivir en el recuerdo, no pensar que lo único que me daba un poquito de felicidad se encuentra a miles de kilómetros. Como coño te levantas por las mañanas, te miras a ese espejo que te muestra esa realidad de soledad, tristeza y amargura que te mata poco a poco. Te acuestas sin una razón por la que volver a despertar, sabes que lo único de bueno lo vas a encontrar en tu vida se encuentra en tus sueños. Para que quiero esta vida tan larga si se que no hay un sentido sin tenerte cerca, si saber que sonríes, que lloras, que tienes frió, calor o simplemente que te encuentras bien.
No te diría nada, ni siquiera yo soy una buena compañía para mi mismo, mis pensamientos ahogan mi respirar, ya no suspiro, porque simplemente no hay porque o por quien suspirar. La vida se ha reducido a días en los que me levanto y noches en las que me acuesto. El tiempo son solo horas que pasan, que marca mi reloj y que hacen la suma de un día mas en mi calendario, un día mas en soledad y un día menos en el que poder tenerte a mi lado.
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