¿Cuántos pasos he de caminar para no caer en ese abismo? ¿Cuántas noches he de mirar por esa misma ventana para que se escape una risa de tus labios mientras dejo de secar mis lagrimas al viento? ¿Cuándo dejare de mirar perder las hojas a esos arboles con la esperanza que tras una de esas hojas haya la respuesta a mis preguntas? Nada cambia, sigo estando sentado en aquel mismo banco esperando una respuesta a preguntas que nunca he hecho, sigo esperando a alguien que se ha marchado, un tren que paso hace años pero que se fue diciendo adiós sin que yo me diera cuenta. Ahora solo me quedan recuerdos de aquellos momentos, pensamientos ahogados en el alcohol vacío de una botella que se derrama por las manos que tantas y tantas palabras han dedicado.
Niña hoy quiero que escuches mis palabras, porque hoy no escribe mi mente, sino mi corazón. Desde hace un tiempo lo eres todo para mi, la razón por la que me gusta ver el amanecer, la razón por la que cada noche me asomo a mi ventana a contemplar como las estrellas dibujan tu rostro. Escuchar como el viento en una suave brisa dice tu nombre. Si, hoy soy un hombre enamorado, un hombre el cual no quiere dejar de ver cada amanecer lo bella que es tu sonrisa, un hombre que daría hasta su propia vida, si fuera preciso, para que la niña a la que quiere se sienta siempre feliz, que cada lágrima no sea motivo de tristeza, sino de una felicidad que inunde tu corazón. No se que es lo que te hace especial, lo único que se que eres la ultima imagen que veo al dormir, la primera al despertar y en cada sueño, solo te encuentro a ti. Niña desde que toque tu mano por primera vez, he dormido cada noche con la ilusión de que algún día estuvieras siempre a mi lado, que al despertar estuvieras siempre c
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