Aprendí que mas vale cien miradas tímidas que dos palabras fuertes, pues por mas versos que haya en mi boca solo encuentro aquellos recuerdos que me hacen mirar a las estrellas. No he dejado que me lleve el miedo, no he dejado que siga temblando mi alma, pues en cada uno de los te quiero se escribe con tintas de sangre un nombre junto a un te quiero. Se que no cogí el camino mas sencillo, que caí varias veces en mi alma, pero solo he dejado que mirarle a los ojos a quien en mi castigo no ha dejarlo de hacerlo. Solo fui el fuego de aquella noche, solo fui aquello que no deje en mi alma, pues en cuanto cierro mis ojos ya te imagino pensando en mi vida. He dejado mis sueños al aire, para ver que me sacan, pero cuando en mi alma algo se presente solo tu imagen se ve clara, por mas que enciendo las luces sigo siendo ciego en este camino ya que los únicos candiles que fueron faroles están en tu mirada.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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