La esperanza cayo de golpe, en esta ocasión ya había reunido el valor suficiente, sin embargo no hubo oportunidad. Tan solo quedaba un único día, una única oportunidad de vernos y poder decirle lo que siento. Comencé a pensar que el destino no quería que estuviéramos juntos, que ella no seria para mi, o que simplemente este hombre ya había derrochado bastante tiempo tras una cobardía que no lo había llevado a ningún sitio.
Volví a casa, con la tristeza en los ojos, la moral por los suelos y con su imagen en mi cabeza. No podía decirle que me gustaba, pero tampoco podía borrar de mi cabeza su nombre, su imagen y cada segundo en el que la tuve frente a mis ojos. Tan solo una oportunidad mas, un día en el que me la juego todo o nada, aunque el no ya lo tengo, veremos que ocurre cuando le diga me gustas.
Comentarios
Publicar un comentario