Cual es el precio que paga mi alma por el silencio de tus palabras, por esas miradas que no me llegan, por esos reflejos que no acaban, por esa vida que se termina en el fondo de un sueño del que no puedo ni quiero despertar. Cual es mi castigo por un alma herida, por un silencio que no acaba, por un te quiero que se excluye en un te quiero que no tiene a quien preguntar ni a quien responder. Que sea mi muerte la que lleve en mis labios el nombre que amo durante esta corta vida, que sea mi sueño eterno el que no me deje descansar, pues si no estoy en tus brazos que se apague esta llama que alcanza a mi alma encarnecida. Se acaba, como lo hace esta amarga vida, como lo hacen los sueños y los desvelos de quien mirando a las estrellas han apagado mi vida sin decirle a mis ojos te quiero.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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