He de echarme la culpa de cada una de mis lagrimas derramadas, de esas noches de soledad frente a un espejo en el que no encuentro mas que la desolación de mirar en mis ojos vacíos una eterna angustia que acaba con mis palabras. No he de temer a la muerte pues en vida prendo la llama hacia el mas allá, hacia ese sitio en el que no sienta, en el que mis lagrimas floten mientras mis recuerdos se esbozan en las sonrisas de un pasado que llegara. Dejo mi cuerpo en el lugar donde se encuentra, en ese donde se esconde el pasado y el presente en ese donde se acaba mi futuro pues sin tu presencia en el que mas da donde me encuentre. Dejo que hablen mis silencios, quizás así encuentre mas de cien motivos por los que vivir, por los recuerdos que se hacen a mi espalda, por los que gobiernan y están presentes en cada uno de mis pensamientos.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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