He de echarme la culpa de cada una de mis lagrimas derramadas, de esas noches de soledad frente a un espejo en el que no encuentro mas que la desolación de mirar en mis ojos vacíos una eterna angustia que acaba con mis palabras. No he de temer a la muerte pues en vida prendo la llama hacia el mas allá, hacia ese sitio en el que no sienta, en el que mis lagrimas floten mientras mis recuerdos se esbozan en las sonrisas de un pasado que llegara. Dejo mi cuerpo en el lugar donde se encuentra, en ese donde se esconde el pasado y el presente en ese donde se acaba mi futuro pues sin tu presencia en el que mas da donde me encuentre. Dejo que hablen mis silencios, quizás así encuentre mas de cien motivos por los que vivir, por los recuerdos que se hacen a mi espalda, por los que gobiernan y están presentes en cada uno de mis pensamientos.
Niña hoy quiero que escuches mis palabras, porque hoy no escribe mi mente, sino mi corazón. Desde hace un tiempo lo eres todo para mi, la razón por la que me gusta ver el amanecer, la razón por la que cada noche me asomo a mi ventana a contemplar como las estrellas dibujan tu rostro. Escuchar como el viento en una suave brisa dice tu nombre. Si, hoy soy un hombre enamorado, un hombre el cual no quiere dejar de ver cada amanecer lo bella que es tu sonrisa, un hombre que daría hasta su propia vida, si fuera preciso, para que la niña a la que quiere se sienta siempre feliz, que cada lágrima no sea motivo de tristeza, sino de una felicidad que inunde tu corazón. No se que es lo que te hace especial, lo único que se que eres la ultima imagen que veo al dormir, la primera al despertar y en cada sueño, solo te encuentro a ti. Niña desde que toque tu mano por primera vez, he dormido cada noche con la ilusión de que algún día estuvieras siempre a mi lado, que al despertar estuvieras siempre c
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