No soy ciego pues en mi vida he dejado que sea la oscuridad de un frio invierno el que congele a mi alma mientras mendigo un poco de amor. Da igual las veces que te he nombrado en mis sueños, las veces que he dejado que se escape en mi vida tu nombre, las veces que he dejado que se marchite un amor que nació en el pasado y que jamás ha tenido futuro. Yo un simple mendigo que cuenta sus andanzas y desventuras mientras ruega al cielo por un amor que no ha estado en sus manos, tu una princesa e cuento que hasta el mismo reflejo de tus ojos eclipsa a las estrellas. Que poco cuidadoso es el mundo que hace que me mire en los ojos de un ángel mientras me golpea con la realidad de que ese amor solo se lo reservan aquellas que solo han estado amando en su vida.
Niña hoy quiero que escuches mis palabras, porque hoy no escribe mi mente, sino mi corazón. Desde hace un tiempo lo eres todo para mi, la razón por la que me gusta ver el amanecer, la razón por la que cada noche me asomo a mi ventana a contemplar como las estrellas dibujan tu rostro. Escuchar como el viento en una suave brisa dice tu nombre. Si, hoy soy un hombre enamorado, un hombre el cual no quiere dejar de ver cada amanecer lo bella que es tu sonrisa, un hombre que daría hasta su propia vida, si fuera preciso, para que la niña a la que quiere se sienta siempre feliz, que cada lágrima no sea motivo de tristeza, sino de una felicidad que inunde tu corazón. No se que es lo que te hace especial, lo único que se que eres la ultima imagen que veo al dormir, la primera al despertar y en cada sueño, solo te encuentro a ti. Niña desde que toque tu mano por primera vez, he dormido cada noche con la ilusión de que algún día estuvieras siempre a mi lado, que al despertar estuvieras siempre c
Comentarios
Publicar un comentario