Jamás olvido lo que una vez vez estuvo en mis ojos y que el tiempo sea corto o largo no hace que se borre algo tan valioso como tu. Extrañe tus palabras, ese rayo de esperanza que habías dado a mi alma, esa locura que salía de cada una de tus cartas y hacia que mi vida tuviese sentido. Había perdido media sonrisa porque con tus cartas te la habías ganado, hoy la he vuelto a recuperar, igual que la luz que sigue guiando a mi alma. Con la misma ilusión que un niño el día de navidad lei cada una de tus palabras, como si las escuchara en mi oido, como si tu desde la lejanía me las susurraras. Por una vez te sentí cerca, por una vez mas pude soñar con que en la lejanía seguia habiendo alguien que me pensaba. Ahora tus palabras son el puente que me acercan de nuevo a ti, ahora son tus palabras las que me hacen sacar lo mejor de mi, ahora solo cierro los ojos y vuelves a estar en mi mente. Solo espero no esperar tanto tiempo para volver a tener este puente que son tus palabras, estas sonrisas que me has hecho tener, volver mañana a recuperar ese sueño que hace posible el poderte leer.
Niña hoy quiero que escuches mis palabras, porque hoy no escribe mi mente, sino mi corazón. Desde hace un tiempo lo eres todo para mi, la razón por la que me gusta ver el amanecer, la razón por la que cada noche me asomo a mi ventana a contemplar como las estrellas dibujan tu rostro. Escuchar como el viento en una suave brisa dice tu nombre. Si, hoy soy un hombre enamorado, un hombre el cual no quiere dejar de ver cada amanecer lo bella que es tu sonrisa, un hombre que daría hasta su propia vida, si fuera preciso, para que la niña a la que quiere se sienta siempre feliz, que cada lágrima no sea motivo de tristeza, sino de una felicidad que inunde tu corazón. No se que es lo que te hace especial, lo único que se que eres la ultima imagen que veo al dormir, la primera al despertar y en cada sueño, solo te encuentro a ti. Niña desde que toque tu mano por primera vez, he dormido cada noche con la ilusión de que algún día estuvieras siempre a mi lado, que al despertar estuvieras siempre c
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