Tarde nublada como las lagrimas que empañan los ojos que hoy escriben estas letras. Sentimientos amargos llenos de la emoción de un amor que su corazón conquisto. Letras llenan este papel blanco y mojado por este sentimiento hacia una princesa que llena la vida de esperanza y felicidad. Sonrisas perdidas en un amor oculto tras el miedo y el deseo, palabras calladas por un silencio de cobardía hacia la mujer mas maravillosa de este mundo. No pudiendo encontrar el porque de este amor, simplemente ahogado en la belleza de tu ser, endulzado en los labios dulces como la miel, embrujado por esos dos luceros que como espejos reflejan el alma desolada y cobarde de este loco hombre. Ni príncipe ni mendigo fui ninguna vez, loco de amor que alza a una princesa y mendiga a tu gran corazón simples palabras que llenen esta sonrisa. Palabras sin sentidos, miradas que callan mis silencios y dictan aquellos versos y odas a la princesa de mis sueños.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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