En la inmensidad de unos ojos
grandes como platos
marrones como el oro,
nace este amor amargo
y este verso tan largo.
Dulce como la miel
son sus labios de caramelo
rojos como las cerezas
que caen del cielo.
Palabras que lleva el viento
componen estos versos
a la diosa mas perfecta
de la que quiero un beso.
Sentimientos encontrados
que nunca he explicado
a la diosa mas perfecta
a la que siempre he amado.
Simple son mis palabras
grande mi locura
en esta noche larga
y tan oscura.
Dos luceros acompañan
a esta dulce amargura
de este poeta triste
que jamas tendrá cura.
Solo una cosa pido
al cielo que hoy me alumbra
que me des un te quiero
que me saque de la penumbra.
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