Son suspiros los que llenan la noche de silencios rotos, de versos que se derraman en un papel manchados con las lagrimas de aquel que ama sin ser amado, son lamentos de aquel príncipe sin reino que ama a una princesa que no se deja amar. Piropos sin mas que palabras en un eterno altar, miradas que se pierden en el universo, lamentos de un hombre que pierde el sentido mientras cada uno de sus sollozo llena el alma cansada de un amor caído. Se amparan en un te quiero que no llega, en unas palabras que se escriben en cada uno de los mil te quiero que no salen de la boca de quien con ansias espera la miel de unos labios que solo conoce en sus sueños.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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