Tus ojos me han hablado más que tus palabras, como dos espejos me dicen lo que hay en ti, no se leer los ojos, pero sé que en los tuyos encontraría el manantial que mantuviese mi alma tranquila y mis sueños desvelados. Se que hemos empezado con palabras, que no puedo reflejarme en tus ojos, ni sentir tus caricias, ni atreverme a robarte un beso, pero sí que puedo pedirle al cielo que te cuide como yo lo haría, que se desveló como yo lo hago buscando la estrella en la que encuentre tu reflejo. Me gustaría ver tu sonrisa con cada una de mis palabras, sentir tu aliento, ver cómo te sonrojan mis palabras y ser quien acune tus sueños más dulces. Ahora toca cerrar mis ojos y que me acompañe mi almohada en este sueño en el que te quiero presente, del que no quiera despertar, pues si tu estas en él, que más me puede faltar.
Niña hoy quiero que escuches mis palabras, porque hoy no escribe mi mente, sino mi corazón. Desde hace un tiempo lo eres todo para mi, la razón por la que me gusta ver el amanecer, la razón por la que cada noche me asomo a mi ventana a contemplar como las estrellas dibujan tu rostro. Escuchar como el viento en una suave brisa dice tu nombre. Si, hoy soy un hombre enamorado, un hombre el cual no quiere dejar de ver cada amanecer lo bella que es tu sonrisa, un hombre que daría hasta su propia vida, si fuera preciso, para que la niña a la que quiere se sienta siempre feliz, que cada lágrima no sea motivo de tristeza, sino de una felicidad que inunde tu corazón. No se que es lo que te hace especial, lo único que se que eres la ultima imagen que veo al dormir, la primera al despertar y en cada sueño, solo te encuentro a ti. Niña desde que toque tu mano por primera vez, he dormido cada noche con la ilusión de que algún día estuvieras siempre a mi lado, que al despertar estuvieras siempre c
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