Cuantas miradas hay que dedicar al cielo para que en esta orilla en la que me hallo me den los destellos de tus ojos, cuantas madrugadas he de seguir despierto para que la marea de tus palabras envenenen mis sueños, cuantas palabras han de salir de mi boca para que siga mirando a las estrellas sin darme cuenta de que la vida sigue. Me pregunto muchas cosas y ninguna respuesta encuentro, pues en tu alma solo tu puedes mandar quien gobierna, en tu vida solo hay un timón que lleva tu barco donde tu quieres ir.
Niña hoy quiero que escuches mis palabras, porque hoy no escribe mi mente, sino mi corazón. Desde hace un tiempo lo eres todo para mi, la razón por la que me gusta ver el amanecer, la razón por la que cada noche me asomo a mi ventana a contemplar como las estrellas dibujan tu rostro. Escuchar como el viento en una suave brisa dice tu nombre. Si, hoy soy un hombre enamorado, un hombre el cual no quiere dejar de ver cada amanecer lo bella que es tu sonrisa, un hombre que daría hasta su propia vida, si fuera preciso, para que la niña a la que quiere se sienta siempre feliz, que cada lágrima no sea motivo de tristeza, sino de una felicidad que inunde tu corazón. No se que es lo que te hace especial, lo único que se que eres la ultima imagen que veo al dormir, la primera al despertar y en cada sueño, solo te encuentro a ti. Niña desde que toque tu mano por primera vez, he dormido cada noche con la ilusión de que algún día estuvieras siempre a mi lado, que al despertar estuvieras siempre c
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