Mil noches tienen la culpa, mil noches de insomnio que me despiertan con el brillo de las estrellas, mil noches sin sueños, sin poder ver a esa luna menguada, sin poder verte. Lagrima que recorren mis mejillas, que impregnan cada papel que lleva tu nombre, que se lleva cientos de recuerdos que jamas he olvidado. Suspiros que llevan tu nombre, que claman al cielo por un ángel, que viven en un amor que se ha marchado y que jamas cree que regrese. Palabras que calman el silencio profundo de un amor eterno, que salen de la boca de un poeta que nace del suspiro, que vive en el quiero y no puedo de un hombre enamorado que calla todo aquello que una vez grito. Versos que se pierden entre la oscuridad de la noche, que se recitan al aire con la única esperanza de que lleguen a esa princesa que es la locura y la cordura de quien escribe tantas y tantas palabras y vive en un amor cautivo.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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