Podría ser un día cualquiera, uno de muchos, uno de esos en los que no importa mas que las horas que pasan marcadas por un reloj,sin embargo algo ha cambiado, todo ha dejado de ser igual. El amanecer queda prendido por la llama de unos ojos, el anochecer por la sonrisa que imita a una luna y los demás momentos por un rostro que inunda mis pensamientos de algo que no se que es. Guardo silencio frente a lo que siento, imagino que tan solo es un movimiento del destino, una carta que sale de la baraja un as que se esconde tras un sentimiento que se guarda en lo mas hondo del corazón. Cayo cada palabra de amor, cada verso que sale de mis manos, cada suspiro de este alma enamorada que solo quiere mirarte. Cierro mis ojos y lo único que puedo reconocer es un rostro, una imagen de un cabello azabache, una cara redonda, unos luceros color castaño y una sonrisa perfecta acompañada de una pequeña nariz, todo rodeado de un sueño, todo echo como si lo fuera. Así un día, otro día y todo igual, cada amanecer, cada atardecer el mismo nombre en mis labios, la misma persona en mi cabeza, la misma locura en la mente de quien a quien ama.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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