Puede parar meses e incluso años, puedes irte a cientos y cientos de kilómetros, pero sabes una caso, aun así seguiré pensando en ti y seguiré siendo ese loco enamorado que espera en aquel lugar en el que nos conocimos que regreses. No seré el príncipe de tus sueños, ni mucho menos, ni ese famoso Chuck Bass que tanto te gusta, solo soy un humilde campesino que recorre los senderos de la vida sin mas que su atuendo, una manta y un cielo raso en el que cobijarse. Pero que no te engañe mis apariencias, porque no creo que nadie te ame mas que este humilde siervo que camina por los senderos de la vida buscando alguien que le guarde su sonrisa. Muchas son las veredas y caminos que andan estos pies, pidiéndole a la luna que en el próximo cruce de camino estés. No te prometeré el cielo, ni te cubriré de oro, tan solo te prometo que trabajare como un toro porque esa sonrisa jamas se borre, porque no te falte un te quiero que adule tus noches y porque esas dos estrellas que te dieron como ojos, no me dejen de brillar.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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