Desde tu nacimiento supe que eras mi verdugo, quien me haría cortar mi cabeza y dejarla caer en este frió barro. Tu embrujo son tus ojos, que anulan a este pobre corazón, aun cuando llegue mi muerte mis labios dirán tu nombre. Matarme, así podre tenerte en mis sueños, podre dormir una eternidad sabiendo que quise, sin ser querido, ame como nunca antes lo había hecho, pero siempre a la mujer en la que encomiendo mi vida. Que el cielo me lleve, ya conocí a un ángel y el infierno se hiele, porque este corazón que hoy se muere es porque tu no lo quieres. Caeré rendido ante este sentimientos, perdí las batallas, pero nunca la guerra, porque siempre que te tuve frente supe decirte te quiero.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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