Aunque veas mis lagrimas en los ojos no lloro de tristeza, lloro porque tuve la oportunidad de conocer a alguien especial, a alguien que merece la pena. Te cruzaste en mi camino de forma repentina, de esa que solo lo hacen aquellos que de verdad importan, cuando te mire a los ojos ya sabia que eso marcaría un antes y un después. Sabes que me enamore de ti, lo sabes desde el primer día, mis ojos brillaban como los de un quinceañero, como nunca lo había hecho. Me gustaba hacerme el encontrado, eso momentos en los que coincidía contigo eran únicos y eso me daba mucha vida. Hoy te marchas, no puedo negar que te sigo queriendo, no puedo negar que seguiré pensando en ti, que recorreré aquellos lugares en los que me hiciste sonreír, vivir, soñar. Eres especial para mi y eso no lo cambiara nada, ni cinco mil kilómetros, ni un siglo, seguiré esperando como el faro espera los barcos, como el cielo las estrellas.
La tristeza caerá sobre mi, lo se y esta melancolía que intento evitar sera quien clave las puntas en este ataúd de soledad. Escribiré una y mil veces que te quiero y seguiré siendo ese alma en pena que solo piensa en ti, que te escribe poemas que nunca leerás, pensara palabras que no te diré y sueños que no cumpliré.
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