Escribo los sentimientos que muchas tardes he callado, que mucho tiempo he omitido, rompo el silencio que amarran mis labios a un amor que nació una tarde de octubre y que permanece intocable. Grito los te quiero que no te dije, busco los abrazos y besos que no te di, las miradas que oculte tras el miedo impasable del tiempo perdido. Busco de nuevo escuchar tu voz, gritar al viento eres mi princesa, la mujer que amo que siempre ame y que quiero por encima de lo divino. Hoy las palabras son los clavos de mi ataúd, lo que me entierra en vida, porque a tiempo pasado, tiempo perdido, la paloma ha volado y jamas volverá a su nido. Soy caminante por este camino, por esa vereda que una vez andaste pero que nunca volverá. Ahora me quedan los sentimientos, aquellos que no te dije, aquellos que no perdí, aquellos que siempre quise decir y nunca dije. Ahora intento volar tras ella, en un intento fallido de un amor que apago la llama o que quizás nunca se encendió.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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