Hoy no hay sangre en mis venas, con ella escribí esta carta en la que me despido, en la que me doy por vencido. El tiempo ha ganado, ha perdido el corazón y ganado la razón, los sueños se hicieron pedazos al igual que mi sonrisa. Soy un espectro de lo que fui, un muerto en vida que vive sin la única razón que lo hizo latir, que lo hizo ser quien fue y la razón por la que estoy. Muchos son los días echándote de menos, tantos que el cansancio y el tiempo han podido conmigo, muchos los pensamientos que se quedan por el camino, los sueños que no cumpliré, las sonrisas que no tendré. Quizás no las merezca, quizás no sea el hombre para ti, quizás no siquiera sea el que pueda hacerte feliz, ojala y lo encuentres, este caballero bajo de su caballo y cayo en la arena del camino que no lleva a ninguna parte.
Me despido, el tiempo ha ganado a mis sueños, fue un duro competidor, ahora debe ser mi aliado en este olvido que hoy comienza, en este camino en el que no hay mas que pasos que se hunden, escoyos en el camino y baches que debo tapar. Sera el quien de el olvido a una vida, a un sentido a un sueño que comenzó y que nunca debió terminar. Adiós princesa
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