Miles son las razones por las que te quiero, cientos por las que jamas dejare de amarte y otras tantas por las que mi corazón te pertenece. Nunca he sido un hombre de palabras y mucho menos poeta, sin embargo desde que te conozco me he transformado en alguien capaz de mirarte a los ojos y decir mil halagos a la mujer que amo. Apenas te conozco bien y ya se que eres la mujer de mi vida, apenas se como eres pero se que mi vida te pertenece, apena se como seras, pero de una cosa puedes estar segura, que esté que hoy te escribe estará siempre a tu lado.
Meses han pasado desde aquella tarde gloriosa, en la que los arboles perdían sus hojas y yo mi cordura. Nací hombre para amar y niño para llorar, en los brazos de esa mujer que un día me volvió a enamorar. Nunca te he dicho te quiero, pero falta no hará, porque desde el primer día no te he dejado de amar. Termino estas palabras con lagrimas en los ojos y sonrisa en mis labios, por un día que pasa y tu no estas.
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