Hoy es un día como los demás, uno de esos en el que me baño en los recuerdos de un pasado que quizás nunca ocurrió, de una mujer que tan espectacular que quizás no conocí y de unos momentos que jamas viví. Hoy es como ayer, vuelves a mi mente y faltas en mi corazón, amarras mi locura y te llevas la poca cordura que hubo en mi. Te llevas los sueños, las ilusiones de este pobre hombre que tan sólo se conforma con tenerte ante sus ojos. Hoy me siento afortunado, de haber conocido a alguien como tu y a la vez desgraciado por haberte tenido tan lejos. Mi sueño sigues siendo tu, mi locura la provocas tu y mi mayor desvelo es por ti. Así un día tras otro sumo las horas y resto los momentos en los que no estas, en los que mi tinta son estas lágrimas de soledad que dejaste el día en que te marchaste. Camino sin rumbo por la sendas de la tristeza y soledad buscando en cada rincón la única esperanza que alegre mi corazón, tu.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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