Buenos días princesa, te escribo desde la lejanía desde cientos de kilómetros porque anoche volviste a estar en mi mente. Volví a soñar contigo, igual que todas las noches desde que te conocí. Hace ya algún tiempo que no se nada de ti, si estas bien, mal o si sigue esa bonita sonrisa en esa carita redonda. Te echo mucho de menos, esas pocas palabras que salen de tu boca y que hacen que me sonroje. También pienso mucho en ti, en los momentos que pasamos juntos, en esos ratitos en loa que conseguías que me olvidará del resto del mundo y solo me centrara en ti.
Algunas noches mis lágrimas recorren mi mejillas porque uno de tus recuerdos inunda mi cabeza. Pienso que una de tus sonrisas es el mejor amanecer de este mundo, que verte despertar es mágico y algo que merece la pena. Cayo los latidos de mi corazón ahogándolos en los te quiero que se guarda en mi mente sin podertelo decir.
Me despido con un te quiero, un montón de besos y un fuerte abrazo para que me sientas cerca.
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