Preso de este alma incondicional y libre, esclavo con las cadenas que me unen a tus labios, así condenado al cielo eterno me siento cada vez que rozo mi alma en tu pecho. Piropos se vierten en este fuego eterno que nos lleva a la locura, que nos lleva al amor eterno. Tantos son los días como las noches sin desvelo que hacen de este amor una locura en el tiempo. No soy poeta, ni dios que mueva esta tierra, pero si ese hombre que con su barca llena mi parcela. No hay versos que digan este amor tan bello, que arde en mi presencia, que es mi condena. El roce de tus labios mi mayor sorpresa, que enloquecen mi alma, que mi cabeza atormenta.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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