Amanece en esta triste y fría mañana, en este mar de lagrimas donde anoche se terminaron de hundir los barcos llamados recuerdos y esperanza. Sentado mirando pasar el tiempo, contando los días y horas que pasan sin que el reflejo de tus ojos sea la luz que me despierte. Escribiendo poemas sin versos, cuentos sin princesas, cánticos sin música, esperando que la eterna soledad de mis palabras acabe con los pocos recuerdos que aun me queden. Sonriendo a la tristeza, haciendo fuerte a la debilidad que mi cuerpo y mente siente por ti. Así me siento, con lagrimas aun en mis ojos, deseando que el pasado no existiera y que el futuro nunca llegue, abrazado a la amargura e un amor no correspondido que arde en mi entraña, que recorre mis venas y escribe en cada célula de mi cuerpo tu nombre. Encadenado como animal salvaje a unos ojos que jamas me miraron, a un corazón que jamas ha latido por mi a una esperanza que quizás nunca he tenido.
Me doy cuenta que los errores de mi corazón hoy los paga mi alma, que mi mente es un disco duro que guarda todo aquellos que un dia vivimos y soñamos, que los sueños son solo eso sueños. Me pregunto que en esta vida solo existe las pocas costumbres de amarse a ratos, que porque alguien a quien tanto he amado ni siquiera mira atras al camino para decirme tan solo Adiós.
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