Recuerdos que inundan mi lagrimas, pensando en ti cada noche, cada día, cada madrugada, siempre en ti. Escribiendo cartas a un buzón sin dirección, calmando mi locura con la única medicina que duerme mis sueños y despierta mis fantasías. Letras esparramadas en estos folios que no lees, que no entiendes, que no escuchas. Silencios que se rompen con cada lamento y suspiro de este hombre que llora por tu presencia, por un amor que un día llego a mi corazón y lo encendió y hoy no quedan ni las cenizas. Buscando las respuestas que solo tu puedes darme, que solo tu conoces, que tu puedes responderme a esa preguntas que irrumpen en mis sueños y no responder.
Intento encender mi cielo, buscando de nuevo esos dos luceros que un día fueron mi brújula, que guiaban mi alma, mi corazón y mi sonrisa. Se apagaros, se fueron como tú, te alejaste y no volviste y me encuentro como barco a la deriva, encallado en cada arrecife, uniéndome cada vez un poquito mas, en lagrimas, suspiros y sueños rotos. Viví el amor mas profundo y se unido, nació de la nada y se quedo en eso, en nada.
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