Naciste de ese sueño, de esa necesidad inconfesable de mi felicidad, ese sueño eterno que despierta mi soledad de unos brazos fríos y una almohada cansada de secar mis lagrimas noche tras noche. Cansado de soñar con esa perfección que te hace única, esa belleza que embruja mi mirada que no puede mas que cegarse con cada rayo de luz que se desprende de ese cuerpo tan hermoso. Mirar en esa mirada penetrante que llena de luz, de sueños que hoy son mi realidad y de sonrisas que se salen de mi cara con solo pensarte.
Eres esa carta de amor inconfesable, esas palabras que salen de mi boca, de mi corazón gritando en cada momento un instante tu nombre, tras un silencio de años buscar esos oídos por los cuales llegar a tu corazón. Escucha como en cada latido de este estúpido corazón hay una respuesta a cada uno de tus interrogantes, como en cada uno hay un motivo por el que te quiero, una sorpresa que sera cada día.
Lo que ayer fueron palabras hoy son hechos, lo que escribieron estas lagrimas desesperadas hoy son sonrisas, hechos conseguidos entre tu y yo.
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