Castillo creado tras ese mar de nubes, tras esa montaña de sueños, donde desde lo lejos se ve a esa dama, a esa con cabello oscuro y ojos marrón oscuro tan hermosos como dos estrellas. Mis ganas incansables de conocer esos ojos me hacen guiarme hacia el, no soy mas que este triste soldado de la vida cuya armadura es su cuerpo y la única forma de conquista que conoce es a bases de palabras bonitas. Tampoco soy poeta, simplemente un loco que una tarde mirando al firmamento se fijo en dos luceros que lo llevaron a este castillo.
Ahí donde asoma esa dulce paloma, ahí donde los ojos son mas hermosos que las estrellas, ahí donde ese cabello negro cierra mis noches en un mar de sueños donde mi cuerpo y el suyo se fundan en uno solo. Sediento, como peregrino que anda por el desierto, así me hallo, buscando desde lo lejos, a ella, a esa mujer que un día se reflejo en mi mirada en ese castillo que se esconde tras las nubes.
No se lo largo que sera el camino, o lo lejos que te encuentres, solo se que yo andaré todo el camino, me subiré a ese torreón donde la princesa aguarda, donde se reflejan esa mirada que un día conquisto a este estúpido corazón. Vuelvo cada noche mi mirada hacia ese sueño que me acerca a ti, a eso que hace enloquecer a mi corazón.
No se lo largo que sera el camino, o lo lejos que te encuentres, solo se que yo andaré todo el camino, me subiré a ese torreón donde la princesa aguarda, donde se reflejan esa mirada que un día conquisto a este estúpido corazón. Vuelvo cada noche mi mirada hacia ese sueño que me acerca a ti, a eso que hace enloquecer a mi corazón.
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