No hablo de aquellas lagrimas que han recorrido mis mejillas, esas mismas que sonrojaste tantas tardes con una simple mirada, esas que ahora solo esperan un beso que jamás llega. Llego el momento de decir adiós a quien no espera mas que unos buenos pensamientos, unas lagrimas mas caerán pero quizás sean las que me hagan borrar por fin los recuerdos que me han atado a ti durante todo este tiempo. Se que no es todo malo, es mas siempre ha habido momentos en los que he amado sin saber que pronto se acercaría el final, el final de algo hermoso, el final de un sueño que nació en mi niñez y se acabo el día que me sentí hombre. Ahora se que la sonrisa se han marchado, que volverán esos oscuros pensamientos, esos sueños que se desmontan como un castillo de naipes, esos ojos que se miran en el espejo y no ven nada tras ello.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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