Por mas que guardo el silencio mis palabras llenan mi condena, por mas que cierro mis ojos jamás dejo que se olvide aquello que no he podido callar en todo este tiempo. Quizás solo sea un pensamiento, algo loco, pero un pensamiento que se quema en mi alma y no me deja soñar. Se que he de recibir mi castigo, mirar al universo con desprecio pues en tus ojos encontré la luz que quiero que alumbre mis días es de condena, pero prefiero ser condenado para siempre a no haber conocido tus ojos. Quizás sean dos destellos o puede que sean los dos luceros mas grandes que encontrare en mi alma. Te he soñado desde el primer segundo y tardaría vidas enteras en poder olvidar solo un recuerdo que me lleve a ti. Ahora no lo entiendo, pues en mi alma hay un castigo tan grande como es posible amar. He dejado que se pierda mi condena entre palabras que no tienen sentido, pues decir con ellas lo que siento jamás me llevo a un final.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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