Me doy cuenta del tiempo perdido, de las horas, los días, los meses que se pierden por el miedo, por el miedo a equivocarse, por el miedo a perder algo que no tienes, por el miedo a decir una palabra que tiene mas sinceridad que la mirada de un enamorado. Pero el silencio en mi alma es muy fuerte, tanto que solo la noche y las estrellas pueden hacerse una idea de lo que eres en mi vida, solo el rió que lleva mis lagrimas conoce lo que vale tu sonrisa, solo mis versos tienen las palabras que declaran mi amor incondicional a la princesa que hay en mis sueños. Desde que te conocí no ha habido segundo del día que no te tenga en mis pensamientos, noche que no ocupes mis sueños, segundos en los que no te piense y te eche de menos porque estés lejos. Quizas esto no sea amor, quizás solo sea una locura de un hombre que un día pensó en que su vida era la mirada de la princesa que había conocido un día de octubre de unos años atrás y de la que de ese momento aprendió que una sonrisa lo vale todo.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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