No hay camino que me separe, ni kilometro que haya recorrido buscando los te quiero a la mujer que jamas olvido. Fueron tus ojos o quizás tu ombligo lo que sedujo a este loco y lo llevó a lo perdido. Comienzan los te quiero, le siguen los no te olvido que suenan en mi cabeza mientras escribo y escribo. No quiero ser tu amigo mas bien tu marido porque aunque a cien millas que me halle siempre estuviste conmigo. No me arrepiento de nada y mucho menos de haberte conocido, conozco tus letras en lo poco que hemos vivido. Apenas son dos años de haberte conocido, cruzaste mi camino dando esperanzas a lo vivido. Te quiero como a nadie y por ti es que vivo, eres mi esperanza como nunca nadie ha sido. Se terminan mis letras porque llega este frío que entume mis manos y me lleva contigo. Jamas te digo adiós tan sólo no me despido de mi alma gemela a quien quiero conmigo
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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