Ay señor que difícil es seguir los pasos de quien ayer me hizo sonreír, ay señor cuantas son las lagrimas que deben ver en el camino para que mis palabras pueda creerlas, cuantas las miradas perdidas al cielo y los suspiros al vientos para que se de cuenta de que no hay nada que mas quiera. Cual ha de ser mi silencio para que en mi alma haya un rayo de sus ojos, para que en mi mente haya un hermosos recuerdo que ni el tiempo consiga borrar. Señor dejame mirarla por ultima vez a los ojos, que por ultima vez pueda sentir lo que en mi mente he podido tener, dejame que mis latidos callen lo que mas quiero y amo, lo que mas necesito, lo que mas pretendo en esta vida.
Niña hoy quiero que escuches mis palabras, porque hoy no escribe mi mente, sino mi corazón. Desde hace un tiempo lo eres todo para mi, la razón por la que me gusta ver el amanecer, la razón por la que cada noche me asomo a mi ventana a contemplar como las estrellas dibujan tu rostro. Escuchar como el viento en una suave brisa dice tu nombre. Si, hoy soy un hombre enamorado, un hombre el cual no quiere dejar de ver cada amanecer lo bella que es tu sonrisa, un hombre que daría hasta su propia vida, si fuera preciso, para que la niña a la que quiere se sienta siempre feliz, que cada lágrima no sea motivo de tristeza, sino de una felicidad que inunde tu corazón. No se que es lo que te hace especial, lo único que se que eres la ultima imagen que veo al dormir, la primera al despertar y en cada sueño, solo te encuentro a ti. Niña desde que toque tu mano por primera vez, he dormido cada noche con la ilusión de que algún día estuvieras siempre a mi lado, que al despertar estuvieras siempre c
Comentarios
Publicar un comentario