Cuando leas estas palabras quizás ya no recuerdes quien soy, quizás solo tengas un vago recuerdo de mi, de ese que una vez se cruzo en tu camino y que apartaste cuando ya no merecía la pena. Se que nunca he entrado en tus planes, que no soy ese tipo de hombre formado en el gimnasio y que no le caben los billetes en la cartera, se que no soy ese hombre que tiene una manicura, ya que mis manos sangran, tienen cortes y yagas del trabajo. Se que jamas entre en tu mente como tu entraste en la mía, que si alguna vez tuve alguna mínima posibilidad se esfumaba enseguida, pero no puedo cambiar, soy lo que soy. Pero sabes una cosa, que aunque han pasado tantos dias, meses e incluso años en mi mente sigues estando presente, tu nombre sigue sellando mis labios y no hay día en el que no me gustaría verte. Sabes, aun me sigue dando miedo cruzar aquella esquina y encontrarme contigo, me tiemblas las piernas pensar que puedas estar ahí. Quizas nunca entiendas que para mi fue algo hermoso, algo que mereció la pena, algo que quizás para ti fueron unos cuantos días mas.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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