He echado la mirada atrás para ver cuanto tiempo es necesario para que me escuches, cuanto tiempo he de cumplir este castigo impuesto que no sale de mi mente y que se clava en mi alma. Abre cometido algún error, seguro, pero el castigo por ello se me hace como una condena, no poder mirar tus ojos es darme cuenta de que en mi vida he perdido algo mas que a la mujer que amo. Me siento como un alma perdida rondando por este mundo, como un hombre que no tiene ni pies ni cabeza y que solo es la sombra de algo que se pierde en la noche. Me siento como un suspiro del poeta que no ha podido terminar el verso porque su musa se ha marchado, por que las palabras lo abandonan cuando mas las necesita.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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