Me doy cuenta de que en mi silencio la luz cae en la tarde mas oscura, mi alma llora desconsolada por cada te quiero que no sale de tus labios, por cada mirada perdida de tus ojos que no se posan en los míos. Mis versos se quedan sin su musa, mis palabras callan el llanto desconsolado de un hombre que mira a la luna y ve la cara redonda de aquella muchacha de ojos castaños, aquella niña que enamoro a este loco y que desde entonces ha tenido las mil razones para sonreír. Los latidos se pierden en el arrullo de este rió de lagrimas, de este cauce que moja mis hojas y que hace que mis papeles se queden esperando la musa de mi alma. Los te quiero se guardan en una memoria que solo tiene viejos recuerdos, que vive de imágenes del pasado, que sueña con tener la locura de un hombre que nacio en el ayer y que vive en el mañana.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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